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La pérdida de hueso puede producirse por varios factores. Uno de ellos es la falta de piezas dentales. Esto no solo provoca el movimiento dentario del resto de piezas, sino que afecta a la oclusión propiciando el desgaste, la aparición de bruxismo y otras patologías.
En Centro Dental Lavapiés somos especialistas en implantología en Madrid y queremos explicarte por qué la falta de dientes produce este problema y cómo solucionarlo.
Pérdida de hueso, ¿por qué debe tratarse?
El hueso (alveolar) es la masa ósea en la que se integra la raíz del diente.
Cada diente encaja en un pequeño hueco llamado alvéolo y el interior está compuesto por pequeñas perforaciones que contienen los vasos sanguíneos.
El hueso alveolar tiene una diferencia principal respecto al resto de huesos del cuerpo humano y es que posee la capacidad de cambiar. Es decir, puede renovarse y curarse por sí solo, de manera natural.
Lo que ocurre cuando una persona tiene falta de piezas dentales, es que ese hueso comienza a reabsorberse. Hasta un 60% puede perderse durante los tres primeros años.
El hueso dental se conserva mediante la presión y estímulo que recibe al masticar. Tras una extracción dental, el hueso se reabsorbe y si ese diente no es sustituido por un implante, la pérdida de hueso continúa.
Las consecuencias son morfológicas, estéticas y funcionales:
- Retracción de labios y arrugas de expresión sobre el labio superior: cambios en la estética facial propios del envejecimiento.
- Modificaciones en la oclusión: con la reducción del hueso, los dientes se inclinan, rotan, se mueven. Empezaremos a notar cambios en nuestra forma de morder.
- Movilidad dentaria: al perder su sujeción principal, los dientes se aflojan y se mueven, pudiendo ocasionar su pérdida.
¿Cuál es la solución?
Existen varias soluciones en función de cada caso concreto. Al acudir a consulta realizaremos una radiografía panorámica para comprobar que efectivamente se está produciendo una pérdida de hueso.
Es importante identificar el problema cuanto antes para frenar su avance. La pérdida ósea no se ve a simple vista, por lo que la visita al dentista es crucial para localizar el problema y actuar en consecuencia.
Existen dos principales formas de tratar esta pérdida:
- Injerto de hueso. Consiste en añadir hueso artificial en la zona donde se produjo la pérdida.
- Elevación del seno maxilar. Se trata de una técnica quirúrgica que permite aumentar la cantidad de hueso del maxilar superior. El fin es proceder a una posterior colocación de implantes dentales.
Es importante reemplazar las piezas dentales perdidas con implantes para que no se produzcan otras patologías y para no agravar las ya existentes.
La pérdida de hueso como consecuencia de la falta de dientes es un problema que puede solucionarse en consulta. Lucir una sonrisa bonita y tener una boca sana es más sencillo de lo que piensas.
Si quieres saber más sobre los implantes dentales, en nuestro blog encontrarás mucha información. Si te queda alguna duda, nuestro equipo está siempre disponible para ti. Contáctanos o visítanos, nos encantaría ayudarte.
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